Las hierbas han sido por mucho tiempo una parte importante de la dieta del ser humano. Aún, hoy en día, millones de personas en México y todo el mundo usan hierbas en su consumo habitual, ellas son parte de su dieta diaria, ya que consideran que estos alimentos les ofrecen un mayor grado de salud y bienestar. Muchas de las plantas que en algún tiempo se utilizaron como alimentos para nuestra especie han perdido su sabor para el hombre moderno, cuyas papilas gustativas se han adaptado a una dieta más rica en sabores refinados, es por eso que debemos regresar a su consumo habitual para nutrir nuestras células correctamente.

Aunque el uso de las plantas sigue siendo controversial, la realidad es que son la únicas que pueden darnos un «extra» a nuestra alimentación diaria.

Edward Shook, un herbalista y bioquímico que vivió a principios del siglo pasado, es uno de los «hombres de ciencia» que ha hecho uno de los compendios más grandes sobre el valor nutritivo de las hierbas. En su libro «Advance Treatise of Herbology», el Dr. Shook arguye elocuentemente que las hierbas son fuentes biodisponibles de compuestos orgánicos que pueden ser utilizados por los órganos y tejidos del cuerpo para construirse, repararse, regularse y mantenerse a sí mismo en equilibrio. Su premisa es que los elementos botánicos son una gran fuente de nutrientes necesarios para conservar la salud.